A la deriva
Sin tiempo para descansar, ni lamentarse, el absoluto femenino de Primera Nacional cerraba su participación en la primera fase con una mínima opción (siendo generosos) de hacerlo entre los cuatro mejores. Era más un deseo que una opción realista, y más cuando venían de jugar, menos de 24 horas antes, un intenso partido en Sevilla, tanto en lo físico como en lo emocional. Había que ganar y recortar una desventaja en el golaverage general de -22 goles entre este partido y el que Dos Hermanas tiene que disputar ante Canoe una semana después de concluir el calendario de esta fase.
Y para intentar la gesta, enfrente tenía a un Waterpolo Mallorca que todavía mantenía opciones de clasificarse, tras dar la sorpresa ante el Molins la semana pasada. Nada invitaba al optimismo, pero la rabia por todo lo que había sucedido en Sevilla pareció insuflar fuerzas a nuestras jugadoras al comienzo del partido. En un visto y no visto, las mallorquinas se vieron arrolladas por un vendaval de juego que dejaba un parcial de 3-0, cuando solo habían transcurrido dos minutos. Ese sorprendente ritmo goleador permitió que por un momento todos nos preguntáramos con cierta incredulidad “¿por qué no?”.
Lamentablemente, en casa del pobre, las alegrías son cortas y un gol de las visitantes nos despertó del sueño prematuramente. De repente fue como un golpe de realidad y todo lo que había salido con aparente naturalidad se convirtió en precipitación. Esas ansias de querer marcar un quinto gol antes que el cuarto conducían cada vez más a la desesperación y Mallorca lo aprovechó para acercarse paulatinamente e incluso superar a CNCA antes del término del cuarto inicial. Aunque se pudo empatar a 4 en ese período, todos nos convencimos que hasta ahí se había podido soñar.soñar.
Tal vez era momento de plantearse otro partido, centrarse solo en ganar y olvidar todo lo demás, pero era exigir serenidad a unas jugadoras mentalmente obsesionadas con el gol. En el segundo cuarto, las baleares seguían superando con relativa facilidad una defensa en ‘M’ que hacía aguas y, sin hacer ruido, empezaron a cobrar una mínima ventaja con la que estuvieron haciendo la goma hasta el final. Al descanso se llegó con un 6-8 en contra y la sensación de desconcierto generalizado.
Ese tiempo lo intento utilizar CNCA para resetear y, con más ganas que fuerzas, buscar darle la vuelta al resultado en el tercero, con constantes contras que provocaron claros penaltis. De este modo, se consiguió igualar el partido a la conclusión del cuarto, con un parcial de 4-2 que dejaba el empate a 10. Parecía el preludio de la remontada final, pero, aunque CNCA llegó a adelantarse por un gol, a Mallorca no le afectó esa presión y rápidamente dio la vuelta a la situación, llevando el partido a un emocionante final. A falta de medio minuto, Alcorcón lograba rehacerse de otra desventaja de dos goles, entrando en la última posesión visitante con empate a 13. Parecía repetirse lo del día anterior, pero a la inversa, y su tiro sobre la bocina no encontró oposición y el gol nos terminaba por rematar.
Anímicamente el fin de semana ha sido difícil de aceptar. Se hicieron méritos de sobra para estar entre los 8 mejores, pero, como a lo largo de toda la temporada, todo fue yendo a la deriva y no se pudo cambiar el rumbo. Estamos convencidos, de cara a la siguiente fase, que nuestras absolutas recobrarán la confianza y nos depararán grandes partidos que servirán para recuperar la alegría.
¡Vamos CNCA!
